Un libro para recuperar la autoestima

Gisela Derpic Salazar

Hay procesos y eventos que marcan inicios y finales, despiertan amores y odios; heroicos para unos, ruines para otros, como la guerrilla de Ñancahuazú y la muerte de su principal protagonista, Ernesto Che Guevara. “Fue un hombre que murió por sus ideales”. “Quien a hierro mata, a hierro muere”. Este es el péndulo oscilante. Víctima o verdugo, libertador o invasor, su muerte consumó el fracaso del foquismo como estrategia para la revolución, dejó al compañero de Fidel “fuera de juego” y alumbró el mito del “comandante”. Dramático final y doloroso comienzo. A Guevara le siguieron en el camino hacia la muerte decenas de jóvenes latinoamericanos, como los estudiantes que quedaron en Teoponte, cuya ausencia prematura ratifica que necesitamos constructores de humanidad y no cadáveres.

Juan Carlos Salazar, José Luis Alcázar y Humberto Vacaflor, con mirada lúcida caracterizan con precisión el contexto de la guerrilla que contaron, identificando como rasgo principal del mundo la Guerra Fría, una que no por fría dejó de calentarse cuando el equilibrio construido sobre los millones de muertos de la Segunda Guerra parecía romperse haciendo peligrar el nuevo orden instaurado; del país, el modelo de Estado capitalista de intervención inaugurado en abril de 1952, con la reforma agraria incluida, que hizo del campesinado pobre y desinformado, propietario de la tierra, un factor del aislamiento social de la guerrilla; campesinado que además firmó el pacto militar-campesino con un ejército que, por mérito propio y con ayuda externa, abatió a un Che que demostró ser poco fiel a su declarado marxismo, porque no hizo de la realidad sino de la teoría su punto de partida.

Un mapa de la zona base de las operaciones guerrilleras, una colección de fotografías de enorme valor histórico y una cronología que arranca en los primeros antecedentes de la incursión guevarista en territorio boliviano, ya en 1963, extendida hasta finales del siglo XX, cuando se hallan en Vallegrande y entierran en Santa Clara (Cuba), los restos del argentino-cubano, revela la atención de los autores a los —ojalá— jóvenes lectores; generaciones del tercer milenio bombardeadas por millones de datos de la internet, mientras se mantienen en una asombrosa desinformación sobre el mundo en el que viven.

La primera parte, escrita por Juan Carlos Salazar, revela la pasión de un periodista convencido de su opción profesional. Comienza dando cuenta con maestría de las circunstancias concretas del quehacer periodístico boliviano de aquellos años y pone énfasis en el enorme interés que despertó la guerrilla guevarista en el extranjero, patentizado en la presencia de profesionales de renombre internacional en la zona de las acciones bélicas, detallando sus trayectorias, las anécdotas que les involucraron y las repercusiones externas de sus actuaciones en Bolivia. Salazar es a la vez un gran periodista y cultivador de amistad.

La segunda, de autoría de José Luis Alcázar, es una crónica profunda surgida de la experiencia de quien más se internó en el proceso sobre el que informaba, tomando contacto con protagonistas de los bandos en conflicto. Devela la naturaleza inicial de la incursión guevarista en Bolivia, orientada a la instalación de una escuela de guerrillas para desde ella —obsesión del Che— “liberar” a la Argentina, su país natal. Desemboca, con objetivo y honesto profesionalismo, en una severa interpelación a la capacidad política y militar del mítico guerrillero.

La tercera y última, de Humberto Vacaflor, anuncia sin ambages la descarnada perspectiva crítica que caracteriza a un relato que teje acontecimientos que no son propiamente parte de la guerrilla. Anclado de entrada en la realidad boliviana actual, el texto discurre estableciendo unas controversiales relaciones causales entre el pasado y el presente, entre el guevarismo de antes y el de hoy, desnudando en tal cometido a muchos “emperadores”. Sin duda, es la parte más controversial del libro, salpicada de las ironías y metáforas propias de su autor.

La guerrilla que contamos. Historia íntima de una cobertura emblemática es un libro actual y provocador, un texto impecable que deleita con la belleza de la palabra en la forma, una contribución que nos alienta a recuperar sentido de autoestima como bolivianos, arrinconados por ahora en la entelequia de un Estado plurinacional que no sabemos en qué nos redime, aunque sí lo mucho que nos condena.

Tres periodistas apenas veinteañeros, con los escasos medios tecnológicos de la época y un enorme compromiso con su trabajo. Tres seres humanos marcados por esa cobertura emblemática que derivó en persecuciones y exilios. Tres profesionales destacados del periodismo boliviano dentro y fuera de Bolivia, que no piensan igual y son, a pesar de ello, amigos entrañables, testimonio permanente de valores humanos y de la cultura democrática que estamos convocados a cultivar. Por todo ello, este es un libro que bien vale la pena tener.

La Razón . 20 de agosto de 2017

Ser periodista en tiempos de la guerrilla del Che

Ricardo Herrera

El periodista Juan Carlos Salazar del Barrio cree que todo acontecimiento que cubre un periodista siempre tiene dos caras, una de ellas es “la historia que cuentas a tus lectores y la otra es la historia que vives para contar esa historia”. 

De esa segunda cara, poco conocida, es de la que habla La guerrilla que contamos, libro que recoge las vivencias del propio Salazar, Humberto Vacaflor y José Luis Alcázar, a los que les tocó hacer la cobertura periodística de la guerrilla comandada por Ernesto Che Guevara, en el lugar de los hechos.

El libro, editado por Plural ha sido uno de los más vendidos de la reciente Feria Internacional del Libro de La Paz y mañana, a las 19:30, será presentado por sus autores en el Museo de Historia y Archivo Regional de Santa Cruz (calle Junín 51).

“De aquellos periodistas que cubrimos esos sucesos solo quedamos tres y además somos amigos. Así es que de ahí surgió la idea de contar esa experiencia, que marcó nuestras vidas y nuestra trayectoria profesional”, cuenta Vacaflor, que para entonces tenía 23 años, al igual que José Luis Alcázar, enviados por el diario Presencia a ese conflicto bélico, solo porque eran los únicos solteros y sin hijos que cuidar.

“Yo, desde hace algunos años había decidido ‘enterrar’ este tema cheista. Sin embargo, este año, a 50 de la presencia de Guevara en Bolivia, el colega Humberto Vacaflor nos comunicó, a Juan Carlos y a mí, su idea de escribir un libro a seis manos sobre las experiencias nuestras en la guerrilla, un anecdotario periodístico», explica José Luis Alcázar, que en 1969 publicó en México el primer libro que contó aquellos sucesos en Ñancahuazu, la guerrilla del Che en Bolivia. El periodista, que actualmente trabaja para la agencia internacional de noticias Inter Press Service (IPS), logró varios reportajes en zonas de combates (Pirirenda y El Espino) y mientras intentaba ingresar a la ‘zona roja’, para entrevistar a Guevara, se enteró que había sido capturado vivo y fue el primero en dar la noticia. 

El libro también narra las peripecias que por esos años tuvieron que realizar los periodistas para enviar sus informes. “Los periodistas jóvenes no pueden imaginarse cómo era hacer una cobertura en aquellos años. Transmitíamos nuestras informaciones por telégrafos, con el sistema morse, que era el único medio de comunicación en esa zona. Era difícil, pero muy motivante”, afirma Salazar, que es docente de la Universidad Católica de La Paz y en aquella época trabajaba como corresponsal de radio Fides, DPA y EFE.

Los tres experimentados periodistas coinciden que para ellos fue su ‘bautizo de fuego’, y un suceso que marcó sus carreras dentro del periodismo.

Ahora, 50 años después, relatan lo que han contado en charlas  entre amigos y colegas, pero que hasta ahora no habían relatado a detalle en una publicación. En otras palabras, por primera vez muestran la otra cara de su trabajo periodístico.

El Deber (Santa Cruz) – 16 de agosto de 2017

«La guerrilla que contamos» es el libro más vendido de la FIL

Anahí Cazas  y José Antonio Vásquez / La Paz

La guerrilla que contamos. Historia íntima  de una cobertura emblemática se convirtió en el libro más vendido  y exitoso de la XXII Feria Internacional del Libro de La Paz. La obra, editada por Plural y que    relata la cobertura de la guerrilla de Ernesto Che  Guevara en Bolivia  por los periodistas   José Luis Alcázar,  Juan Carlos Salazar y  Humberto Vacaflor, se agotó un día antes de la clausura de la FIL paceña.

«La guerrilla que contamos ya se agotó en la Feria del Libro de La Paz y  ya  estamos preparando una segunda edición”, dijo José Antonio Quiroga, director de Plural Editores. Además, destacó  que  la primera edición de 500 ejemplares de la obra de Alcázar,   Salazar y Vacaflor se vendió durante los 12 días de la FIL.  

De Plural Editores,  los otros libros más vendidos  y demandados fueron Dos disparos al amanecer  de Robert Brockmann  y La ópera chola de Mauricio Sánchez.

Página Siete realizó un sondeo sobre los libros más demandados en la FIL 2017 con más  de   10  editoriales y librerías nacionales. La Cámara Departamental del Libro de La Paz informó que  hasta mañana en la noche darán  por su parte una lista de los títulos  más vendidos. 

 Otro de los libros más demandados de la FIL 2017  fue  Rigor Mortis, la normalidad es la muerte del cronista español-boliviano Álex Ayala, informó Fernando Barrientos, de la Editorial El Cuervo.   

«Durante todos estos días de feria, los libros más vendidos fueron Rigor Mortis (Álex Ayala), Nuestro mundo muerto (Liliana Colanzi), El chicuelo dice (Wilmer Urrelo), Potosí (Ander Izagirre) e Iluminación (Sebastián Antezana)”,  explicó Barrientos.

El libro de Página Siete  Che: una cabalgata sin fin   fue otra de las obras más demandas  de la FIL. Según los responsables del  stand de este medio, se vendieron más de 250  ejemplares. La obra   fue elaborada por Juan Carlos Salazar, Gonzalo Mendieta, Luis González, Mery Vaca, Liliana Carrillo, Carla Hannover e Isabel Mercado.   

De la Editorial 3600, los libros más demandados fueron   Periférica Blvd. de Adolfo Cárdenas, En la villa de Diego Matos y Jardín de claroscuros de Matilde Casazola.

 «Periférica Blvd. sigue siendo nuestro best seller”, aseguró  Mishka Iturri, funcionaria de ventas del stand de 3600.

En el caso de la editorial cochabambina Kipus, una de las  obras más demandadas fue Sua quella, hulla: los dos sombreros del gallego del escritor  español José Ignacio Guerrero, ganador del II Premio Internacional de Novela Kipus. Le sigue  Huari de Ronnie Piérola Gómez.

Según la encargada de ventas de la editorial Kipus, Lourdes Laura,  otra de las  obras más requeridas  fue Mamá cuéntame otra vez de Amalia Decker.  

Marcelo Paz Soldán, de la  Editorial Nuevo Milenio, explicó  que los libros con mayor demanda fueron Los días de la peste de Edmundo Paz Soldán ( 114 ejemplares), Autorretrato  de Saúl Montaño (28) y El día de todos tus santos de  Fabiola Morales Franco (13).   

El administrador del stand de El Baúl del Libro, Constantino Canaviri, manifestó que los libros nacionales que más vendieron fueron  Miedo y asco en Cambridge de  Alisson Spedding,  Las visiones de Edmundo Paz Soldán y Manchay Puytu de Néstor Taboada Terán.

En el stand de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia (BBB), según  los responsables del proyecto, los tres libros más vendidos fueron Antología del cuento boliviano (Manuel Vargas), Cartas para comprender la historia de Bolivia (Mariano Baptista Gumucio) y  Rebelión en las venas (James Dunkerley).

Según el encargado de comunicación de la BBB, Joaquín  Leoní, de los universitarios fueron los que «más visitaron el stand” y compraron las publicaciones. 

Además, se informó que en total en el stand de la BBB se  vendió  2.691 títulos entre los  libros de la BBB y del CIS.

Para el propietario de la Librería Sólo Libros El Pasillo, Carlos Ostermann, este año   fue muy provechoso y se ha conseguido  buenas ventas en la FIL paceña. «Nos visitaron gente de todas las edades. Nuestra oferta está dirigida a los jóvenes adultos”, resaltó.

Según Ostermann, el libro Emoticones de Yovinca Arredondo, que logró un gran impacto en el público joven en la Feria del Libro de Santa Cruz, también cosechó éxito en la FIL paceña.

 En el caso de libros nacionales, la obra más solicitada  de la librería  Sólo Libros El Pasillo fue la novela   Los días de la peste de Edmundo Paz Soldán.

El gerente de Librería, Papelería y Editorial Gisbert y Cia., Antonio Schulczewski, dijo que en 2017 cinco obras fueron las más vendidas   en su stand de la FIL.

Se trata de Historia de Bolivia de José de Mesa, Teresa Gisbert y Carlos  Mesa;  La historia del mar de Bolivia de Carlos Mesa;  Bolivia en 1982 – 2006 Democracia de Carlos  Mesa;  La pluma de Miguel de Isabel Mesa Inchauste, y Viaje al centro del cielo de Verónica Linares. «Entre todas estas obras vendimos más de 1000 libros”,  dijo Schulczewski.

La encargada de ventas de la Editorial Don Bosco, Jhovanna Gómez, sostuvo que los niños fueron los que se llevaron casi todos los libros de literatura infantil del  stand. «Los cuentos de María pies contentos Tomo I y II, Barco de Vapor y El equipo del tigre fueron los que más pedían los niños”, añadió. 

Página Siete – 15 de agosto de 2017

Al hilo tres libros sobre el Che

Carlos Soria Galvarro

Con diferencia de pocas semanas, entre junio y agosto de 2017, uno en Santa Cruz y dos en La Paz, aparecieron tres nuevos libros sobre Ernesto Che Guevara y la guerrilla de 1967. Desde el punto de vista bibliográfico, la novedad es que con estos tres títulos llegan a 80 los libros de autores bolivianos acerca del tema. Se comprueba así que después de medio siglo el asunto sigue atrayendo a los lectores, admite diversos enfoques y pone en evidencia, además, que persisten muchos aspectos oscuros que reclaman mayores investigaciones y esclarecimientos. Otra observación que cabe es que entre los autores bolivianos que se han ocupado del tema sobresalen militares y periodistas.

Los tres trabajos que reseñamos a continuación son parte sin duda de la gran cantidad de actividades conmemorativas que vienen ocurriendo en todo el mundo y que se acentuarán en las próximas semanas en torno al 9 de octubre, fecha de la ejecución del Che y sus compañeros en la escuelita de La Higuera, cerca de Vallegrande. De seguro se publicarán nuevos libros o se harán reimpresiones, aparecerán reportajes crónicas y entrevistas, se estrenarán películas y documentales… en suma, se avivarán reflexiones y debates.

La guerrilla del Che ayer y hoy es el libro de Eduardo Machicado (Santa Cruz, editorial El País, 288 pgs.). Como queda enfatizado en el subtítulo “Homenaje a los hermanos Vázquez Viaña” el autor se esfuerza en rescatar la memoria en general de la familia que tiene su tronco en Humberto Vázquez Machicado, el gran historiador cruceño, combatiente de la Guerra del Chaco y uno de los fundadores de YPFB. Plantea aspectos polémicos sobre la realidad actual de Bolivia y el mundo, y hace varios aportes testimoniales, principalmente sobre la incorporación a la guerrilla de los estudiantes bolivianos en Alemania y la suerte poco conocida de algunos de ellos, como es el caso del presunto suicida Raúl Quiroga de la Fuente.

La guerrilla que contamos, el segundo libro en orden de aparición, es de los periodistas José Luis Alcázar, Juan Carlos Gato Salazar y Humberto Vacaflor (La Paz, Plural Editores, 280 pgs.). Se trata verdaderamente de la “Historia íntima de una cobertura emblemática” como lo dice el subtítulo. Los tres trabajaron como corresponsales de sus medios durante la guerrilla, y de cierta forma el acontecimiento marcó sus vidas y su desarrollo profesional posterior. Salazar hace hincapié en el ambiente que rodeó el trabajo de corresponsalía, a momentos con la presencia de 300 periodistas del mundo entero. Alcázar, autor del primer libro boliviano sobre la guerrilla (1969) aborda el desarrollo mismo de la guerrilla de forma contundente y clara, como lo destacó Robert Brokmann en la presentación en la sede de la Asociación de Periodistas. Por último, en el estilo irreverente que le es propio, Vacaflor abunda en las secuelas que dejó el acontecimiento guerrillero.

Una cabalgata sin fin es el tercer libro de la serie (La Paz, ed. Página Siete, 215 pgs.). Está suscrito por seis periodistas, Gato Salazar (otra vez), Luis González, Mery Vaca, Liliana Carrillo, Carla Hannover e Isabel Mercado; y por un analista, que poco interesa que sea abogado, Gonzalo Mendieta. El título y el sobretítulo de esta obra “A 50 años de su trajinar por Bolivia” sugieren de entrada la idea de un asunto no acabado, sobre el que se puede y se debe seguir indagando, reflexionando y, por supuesto, debatiendo. Por ello, como lo destacamos en la presentación, este trabajo aporta principalmente por su riqueza temática y el intento de responder a las cuestiones más frecuentemente mencionadas, las que atraen la mayor atención. En resumen, puede afirmare que ¡hay todavía mucha tela para cortar!

La Razón – 13 de agosto de 2017