La UCB celebra el nombramiento de Juan Carlos Salazar en la Academia  Boliviana de la Lengua

“Me dirijo a usted para hacerle llegar mis más cálidas felicitaciones por su ingreso como miembro de número a la Academia Boliviana de la Lengua”. Con estas palabras, el Rector Nacional P. José Fuentes Cano, en nombre de toda la comunidad de la Universidad Católica Boliviana «San Pablo» (U.C.B.), felicitó a Juan Carlos Salazar del Barrio por su reciente nombramiento como miembro de tan importante institución a nivel mundial.

Juan Carlos Salazar es periodista, escritor, docente y, desde el año 2020, Director de la Carrera de Comunicación Social de la U.C.B. Sede La Paz. Es un orgullo sin precedentes para nuestra universidad, no solo por su amplio recorrido profesional en el campo de la docencia y las letras, sino también porque formó parte de la primera promoción que se graduó con el título de Periodista en nuestra casa de estudios en 1970.

Tanto la Real Academia Española como la academia boliviana asignan a sus miembros una silla con el nombre de una letra, ya sea mayúscula o minúscula. En este caso, Juan Carlos Salazar tomará dentro de la academia la silla “Ñ”, lo cual, según sus palabras, es un honor por dos razones: “Primero, porque esa silla, que es de por vida, la ocupó ‘Paulovich’, Alfonso Prudencio Claure, durante 30 años. Y claro, la silla estaba vacante desde su muerte y me la asignaron a mí. Supongo que también porque soy periodista, pero también porque la letra Ñ es la letra más emblemática de nuestra lengua… Yo recuerdo que la entonces Comunidad Económica Europea quiso suprimir la letra Ñ para uniformar el teclado de las computadoras en toda Europa y hubo una protesta generalizada en España y América Latina… Fue una gran defensa y, al final, la Comunidad Europea no suprimió la Ñ. Por eso, para mí, es una doble satisfacción, por estas dos razones”.

La distinción a Salazar se debe, sin duda, a su gran trayectoria como periodista en nuestro país y a toda su vasta obra bibliográfica, la cual detallamos más adelante. Su postulación fue presentada por la poeta y narradora María Cristina Botelho Mauri y la filóloga Tatiana Alvarado Ordorica.

En la ceremonia de ingreso, que se llevará a cabo el 19 de septiembre de 2024 en la Asociación de Periodistas de La Paz, Juan Carlos Salazar presentará su discurso titulado “Periodismo y literatura, orillas de un mismo río”, con el que busca demostrar que “el periodismo y la literatura son hijos de la misma madre, la narrativa”.

Juan Carlos Salazar del Barrio en pocas palabras

Periodista, escritor y docente universitario.

Egresó en 1970 del Instituto Superior de Ciencias y Técnicas de la Opinión Pública de la Universidad Católica Boliviana (UCB), antecedente de la actual carrera de Comunicación Social. En 1970 obtuvo el título de Periodista en Provisión Nacional, otorgado por el Consejo Nacional de Educación Superior de la Universidad Boliviana. Tiene un diplomado en Política y Comunicación en Democracia de la UCB.

Cofundador de la Agencia de Noticias Fides (ANF), en 1964; miembro de la redacción fundacional del diario Hoy de La Paz (1969). Realizó prácticamente toda su carrera profesional en el exterior, entre 1971 y 2010. Fue corresponsal de la Deutsche Presse-Agentur (DPA) en Argentina, México, Centroamérica y Cuba, entre 1971 y 1998, y editor internacional del diario Excélsior de México, entre 1976 y 1977. Dirigió el Servicio Internacional en Español de la agencia DPA durante doce años, entre 1999 y 2010, con sede en Madrid. A su retorno a Bolivia, dirigió durante tres años el diario Página Siete (2013/2016).

Desde diciembre de 2020, dirige la Carrera de Comunicación Social de la Universidad Católica Bolivia (UCB) de La Paz.

Es autor de Semejanzas (Plural, 2018), un libro de semblanzas de personajes que conoció a lo largo de su carrera profesional, del libro de cuentos Figuraciones (Plural, 2021) y del libro de crónicas A la guerra en taxi (Plural, 2023). Es coautor de los libros de crónicas La guerrilla que contamos (Plural, 2017), Che: Una cabalgata sin fin (Página Siete, 2017) y Prontuario (Editorial 3600, 2018), y de los libros de historia de periodismo De buena fuente (2010), Presencia, una escuela de ética y buen periodismo (Plural, 2019), El periodismo en tiempos de dictadura (Plural, 2021) y Contra viento y marea (Plural, 2024).

En 2016 recibió el Premio Nacional de Periodismo. En 2010 fue elegido en Madrid entre las 100 personalidades latinas de España (“100 Latinos”), como reconocimiento a su contribución al desarrollo de las relaciones iberoamericanas. La Asociación de Periodistas le concedió en 2014 la Medalla “Daniel Sánchez Bustamante” a la Formación de Periodistas. Como docente de la UCB, recibió las distinciones Al Mérito Docente (2012) y A la Excelencia Docente (2018, 2019 y 2022).

RN 19.09.2024

Juan Carlos Salazar es el nuevo miembro de la Academia Boliviana de la Lengua

La Academia Boliviana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española, incorporó a Juan Carlos Salazar del Barrio como nuevo miembro de número, ocupando la emblemática silla “Ñ”.

La ceremonia, realizada este jueves por la noche en la Asociación de Periodistas de La Paz, destacó la trayectoria y el aporte de Salazar al periodismo y la literatura en Bolivia.

Durante su discurso titulado “Periodismo y Literatura, orillas de un mismo río”, Salazar reflexionó sobre la profunda relación entre ambas disciplinas, señalando que “el periodismo y la literatura son dos orillas de un mismo río, unidas por la narrativa”.

Destacó que muchos periodistas, como él, cruzaron de una orilla a la otra para incursionar en la ficción sin abandonar la crónica, una especialidad a la que le guarda “gran afecto”.

Salazar también expresó su satisfacción por ocupar la silla “Ñ”, que anteriormente perteneció durante 30 años al destacado periodista y escritor Alfonso Prudencio Claure, más conocido como Paulovich.

“Es un honor heredar esta silla, no sólo por lo que representa la letra ‘Ñ’ para nuestro idioma, sino también por la trayectoria de quien la ocupó antes”, comentó.

La respuesta al discurso de ingreso estuvo a cargo de Mariano Baptista Gumucio, exdirector de la Academia, quien elogió la elección de Salazar, calificándolo como “un candidato solvente y con credenciales únicas”.

También resaltó la extensa trayectoria internacional de Salazar, quien trabajó como corresponsal de la agencia alemana de noticias en varios países, especialmente en España, donde fue reconocido como una de las 100 personalidades latinas más influyentes.

Salazar cubrió algunos de los momentos más relevantes de la historia reciente de América Latina, incluyendo la guerrilla del Che Guevara en Bolivia y los conflictos en Centroamérica y el Cono Sur.

Su experiencia como periodista se complementa con su faceta de escritor, habiendo publicado varios libros de crónicas y cuentos, como “La guerra en taxi”, “La guerrilla que contamos”, “Semejanzas”, y “Figuraciones”. Actualmente, es director de la carrera de Comunicación de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” de La Paz y trabaja en nuevos proyectos literarios, mientras continúa cultivando su amor por la crónica.

La Academia Boliviana de la Lengua destacó que la postulación de Salazar fue propuesta por la poeta María Cristina Botello y la filóloga Tatiana Alvarado, y aprobada por mayoría, siguiendo los estatutos de la institución. Su incorporación reafirma el compromiso de la academia con la promoción y protección de las letras en Bolivia.

Brújula Digital l19l09l24l

https://www.brujuladigital.net/cultura/2024/09/20/juan-carlos-salazar-es-el-nuevo-miembro-de-la-academia-boliviana-de-la-lengua-37627

“A la guerra en taxi” en la Feria del Libro de Cochabamba

Santiago Espinoza A.

A la guerra en taxi: Crónicas desarmadas reúne crónicas, reportajes, perfiles y algunos textos más libres de las ataduras genéricas del periodismo, en los que Juan Carlos Salazar desgrana sus coberturas sobre los albores del periodo dictatorial en Bolivia (y sus resistencias), los horrores de la Operación Cóndor en Argentina y otros países, el genocidio ejecutado por EEUU y sus gobiernos títeres en Centroamérica, las penurias del “periodo especial” en Cuba y la guerrilla zapatista en México.

Más que una antología de textos de su autor, A la guerra en taxi está confeccionado como un mapa periodístico de algunos de los principales conflictos armados que desangraron a los países latinoamericanos durante la segunda mitad del siglo pasado.

En sus textos se respira, de buenas a primeras, el aliento del periodista de raza: ese que sabe dónde encontrar historias y personajes, ese que sabe aquilatar sus narraciones con la información indispensable, ese que sabe cifrar en palabras sus certezas y dudas.

Ramona – Opinión – Cochabamba, 15 de octubre de 2023.-

https://www.opinion.com.bo/articulo/ramona/feria-libro-editoriales-bolivianas-primerisimo-primer-plano/20231007205440923374.html

El precio barato de un taxi

El autor conversa con Juan Carlos Salazar sobre su nuevo libro, “A la guerra en taxi”. “Al poder no le gusta el ejercicio periodístico porque lo cuestiona”, dice el periodista y escritor.

Por  Erick Ortega

Hay tres verdades, cuando menos, que estallan en el libro de Juan Carlos Salazar. En primer lugar, el periodismo no puede estar nunca el lado del poder; sí hay buenos y malos (estos mucho más) en el ejercicio del poder; y por último el periodista debe ir a la guerra, no importa cómo, ya sea en taxi o a pie cargando una pesada mochila por terrenos indómitos. Empecemos por el final, contando la importancia de llegar allá donde hay que llegar, a la noticia.

Un conductor detiene al Gato (quien no es fanático de los mininos, aunque tiene esculturas de ellos en su casa) y le hace una pregunta doble: “¿Periodista? ¿Quiere ir a la guerra?”. Esta experiencia le da título al último libro de Salazar, A la guerra en taxi, que se presentó esta semana.

No, la pregunta doble no era una excepción. Los taxistas solían permanecer a la caza de periodistas durante la guerra en El Salvador, allá por los años 80. El Salvador, llamado también “El pulgarcito de América”, es un país tan chico que le permitía a un periodista llegar allá tomando los servicios de un taxi.

Para esa época el Gato ya era un experto en esas correrías; estuvo reportando en la guerrilla del Che Guevara en Bolivia, en 1967 y sus reportes hoy en día son históricos.

Conversar con él o leerlo es conocer más del oficio. Cuenta, por ejemplo, que el fotógrafo Robert Capa, quien retrató la Guerra Civil española decía que si una foto no es lo suficientemente buena, es porque el fotógrafo no estuvo lo bastante cerca de su objetivo… y lo mismo pasa con los periodistas. Hay que estar ahí, en medio de la guerra. Después de todo el periodista recrea la historia.

Eso sí, para recrear la historia Salazar tuvo que colocarse una mochila pesada, donde cargaba su máquina de escribir (aquella que hoy en día está en su casa de la zona Sur) y también debía tragarse artículos porque el telegrafista de Vallegrande no tenía la experiencia para transcribir las historias largas, aquellas que incluso se quedaron cortas, ante la importancia de lo vivido.

Y sí, hay malos y buenos en la vida. Existen también los peores, aquellos que durante años se pusieron la sotana de santos y agarraron las armas del pueblo y con los años se volvieron en sus verdugos. Siempre los peores son los profetas que se convirtieron en sátrapas en el ejercicio del poder. Salazar les dedica un buen espacio en su libro y tiene muchas historias que contar.

En las calles y discotecas, muchos hemos cantado a Molotov y repetimos: “Si le das más poder al poder, más duro te van a venir a coger”… y el Gato lo sabe. “El poder corrompe y el poder total corrompe totalmente y eso es lo que hemos visto. A uno le cuesta imaginar, hablo por ejemplo lo que significó Nicaragua en los años 80, a principio el sandinismo despertó la ilusión en todo el continente. Ves ahora a Ortega y Murillo y son irreconocibles, son peores que Somoza”. Sí, Daniel Ortega y Rosario Murillo fueron la cara revolucionaria que se le plantó de frente al dictador Anastasio Somoza y hoy son su reflejo.

Hay más. El general Efraín Ríos Mont en Guatemala era un pastor de una iglesia evangélica y él decía que los hombres deberían ir con una Biblia y una ametralladora para combatir al comunismo. Él puso a los indígenas ante la disyuntiva: ¿frijoles o fusiles? Nunca les dio la alternativa porque los mató a todos. A fin de cuentas, su política de tierra arrasada se resumía en bombardear comunidades indígenas hasta liquidarlos a todos. Y sí, todo aquello fue registrado y contado por Salazar.

En Bolivia el general Hugo Banzer Suárez también tenía una imagen clara al respecto y en la Masacre del Valle, en enero de 1974, el dictador autorizó a los campesinos matar a los “extremistas”. Esta parte de la historia de Bolivia es parte de la obra del Gato.

Sí, hay personajes buenos y malos. Incluso, a veces, los periodistas también aparecen en el lado de los malos. Es cuando éstos forman parte del engranaje de un gobierno determinado, sea de izquierda o derecha.

“Siempre el poder me ha cuestionado y yo llevo casi 60 años”, dice orgulloso Salazar. Acota: “El periodista y el periodismo trabaja en cuatro ámbitos: el ámbito democrático, el autoritario, el dictatorial y el ámbito de conflicto (armado) yo he trabajado en los cuatro ámbitos y en los cuatro ámbitos me he sentido acosado por el poder. Al poder no le gusta el ejercicio periodístico porque cuestiona, porque lo cuestionan”.

Sí, el ejercicio del oficio es cuestionar. Hay que indagar y hurgar debajo de la alfombra. Y este trabajo es un privilegio de pocos. “Yo volvería a ser periodista. Yo tuve el privilegio de vivir de lo que me gusta hacer y me pagaban por eso”, refiere con orgullo quien fue director de Página Siete.

Él sostiene que el periodismo es un oficio y como todo oficio pues se aprende en un taller y el taller del periodista es la redacción y la calle. “Ahí donde aprende el periodista”, sentencia. Pero también hoy en día, acota es necesaria la academia, la lectura constante y una especialización mayor.

Salazar supo ir de aquí allá, y muchas veces lo hizo en taxi. Tomó un taxi en el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez (ciudad mexicana) y se fue a la guerra de Chiapas, a mediados de la década del 90; viajó por este medio desde el Palacio de Gobierno hasta la Universidad Mayor de San Andrés, cuando se avecinaba el golpe de René Barrientos, en noviembre del 64; y supo recorrer la capital haitiana para ser testigo de la práctica de vudú.

“Mira, yo nunca me he considerado un periodista de guerra, pero me pregunto y lo digo también en el libro: En la época que me ha tocado vivir, una época tan conflictiva, ¿qué periodista no lo era?, porque todos estábamos cubriendo siempre una guerra.

Así, de taxi en taxi los ojos claros del Gato Salazar fueron conociendo lugares y descubriendo noticias. Quizás este servicio privado callejero era más caro que el vehículo público, pero a éstos les faltaba velocidad y llegar lo más cerca de la noticia, algo clave para un periodista. Además, y lo más importante, la experiencia de ir a una guerra en taxi no tiene precio.

https://www.paginasiete.bo/letra-siete/el-precio-barato-de-un-taxi-FY7427362

Página Siete – Domingo, 30 de abril de 2023