El Director de Página Siete, Juan Carlos Salazar, es Premio Nacional de Periodismo 2016

ANF / La Paz

El director de Página Siete, Juan Carlos Salazar, ganó el Premio Nacional de Periodismo 2016, informó este viernes el presidente de la Asociación de Periodistas de La Paz, la entidad que entrega la condecoración.

“Era un excelente candidato, creo que el colega Juan Carlos Salazar es un gran Premio Nacional”, dijo a ANF Nelson Martínez, presidente de la Asociación.

Martínez destacó la trayectoria de 52 años de Salazar como periodista, iniciada en 1964, cuando fue uno de los periodistas fundadores de la Agencia de Noticias Fides (ANF), junto al padre José Gramunt de Moragas.

“Salazar es un periodista de mucha valía y mucha responsabilidad”, agregó Martínez. El presidente de la APLP se mostró complacido por la elección y dijo que el jurado del premio, que estaba conformado por su persona y los integrantes del Tribunal de Honor, destacaron la candidatura de quien resultó vencedor este año.

Salazar se ha visto envuelto en varias polémicas con el Gobierno debido a que diversas autoridades han lo han atacado a él y a su medio debido a sus posturas independientes. Junto a otros medios y periodistas, Página Siete es considerado como parte de un supuesto “cártel de la mentira” por parte del Ejecutivo.

El Premio Nacional es muy prestigioso. En el pasado lo han vencido periodistas de la talla de Ana María Romero, Luis Ramiro Beltrán, Carlos Mesa, Mariano Baptista y Gramunt de Moragas.

Salazar anunció recientemente su renuncia a Página Siete, que se cumplirá el 31 de diciembre próximo, para retirarse del periodismo activo, según dijo, y dedicarse a otras actividades, como escribir un libro sobre su experiencia en la cobertura periodística de la captura del guerrillero Ernesto “Che” Guevara en 1967, y perseguir con su labor de catedrático de comunicación en la UCB.

Salazar desarrolló su carrera profesional en Bolivia, luego en América Latina, como corresponsal de la Deutsche Presse-Agentur (DPA) en varios países del continente, y como director del servicio en español de esa agencia durante 12 años, hasta 2010, en Madrid.

Tras volver a Bolivia fue primero asesor de ANF y luego director de Página Siete.

Página Siete – 18 de noviembre de 2016

J.C. Salazar se retira del periodismo activo y de la dirección de Página Siete

Ivone Juárez /  La Paz 

El periodista  Juan Carlos Salazar anunció su decisión de retirarse de la dirección de Página Siete y del periodismo activo el 31 de diciembre próximo, después de 52 años de ejercicio profesional.

“El 31 de diciembre dejó la dirección de Página Siete. No sólo me retiro del diario, sino del periodismo activo”, afirmó el periodista, que asumió la dirección de este periódico el 15 de septiembre de 2013.

“Cuando Raúl Garáfulic, presidente del directorio de Página Siete,  me hizo el honor de invitarme a hacerme cargo de la dirección del diario, yo acepté el encargo por dos años, pero mi gestión  se prolongó a tres. Creo que ha llegado la hora del retiro”, dijo el periodista, conocido en el medio periodístico  como El Gato.

Salazar,  quien ejerció el periodismo   durante 52 años  (40 en  el extranjero), se jubiló el 31 de diciembre de  2010 en España. De regreso a Bolivia, aceptó colaborar con el padre José Gramunt, director de la Agencia de Noticias Fides (ANF), de la que es cofundador, y después  con  Página Siete.

“En 2010 me jubilé en Madrid, cuando dirigía  la agencia de noticias alemana DPA. Regresé a Bolivia con la idea de hacer efectivo mi retiro, pero se produjo la salida de Raúl Peñaranda , debido al acoso del Gobierno, y Garáfulic me ofreció hacerme cargo de Página Siete”, recuerda.

Salazar expresó su agradecimiento a Garáfulic y a  los ejecutivos de Página Siete por haberle dado la oportunidad de  cerrar su carrera profesional   en Bolivia y en Página Siete,  “el diario  más importante  e  influyente  de Bolivia”.

De los 52 años que tiene de experiencia, 40 los  forjó en el extranjero:  Argentina, México, Centroamérica,  Cuba y España. Salió del país en  1971 como exiliado político de la dictadura. 

“Me tocó trabajar en diferentes circunstancias, bajo todo tipo de gobiernos: bajo dictaduras militares, en Bolivia y Argentina; en gobiernos autoritarios y en situaciones de guerra, en Centroamérica, y   en democracia, en España”, comenta.

Consultado sobre la coyuntura política en la que le tocó dirigir  Página Siete, declaró: “Fueron tres años difíciles, muy duros, debido al acoso permanente del Gobierno, pero mi trabajo estuvo siempre orientado a defender la independencia del diario y los valores con los que fue creado.

Página Siete   no es un diario opositor, es un diario independiente del poder político y del poder económico. Su trabajo puede o no satisfacer al poder, pero no estamos aquí para eso, sino para servir  a nuestros lectores”.

El Gato Salazar  espera mantenerse en la cátedra universitaria y terminar los trabajos bibliográficos que tiene postergados. En enero próximo presentará un libro a “seis manos”,  con Humberto Vacaflor y José Luis Alcázar, sobre la emblemática  cobertura de la guerrilla del Che Guevara, hace 50 años, de la  que fueron protagonistas.

Página Siete – 30 de octubre de 2016

Salazar: “Mi propósito es buscar un periodismo de excelencia”

Tatiana Sanabria / La Paz

Después de medio siglo de trayectoria en el campo del periodismo, tanto en América Latina como España, Juan Carlos Salazar del Barrrio asumió un nuevo desafío en su carrera profesional: ser el director de Página Siete, con el objetivo de consolidarlo como un diario de referencia en el país, manteniendo la línea independiente y plural con la que fue fundado.

Si bien durante 12 años trabajó como Jefe del Servicio Internacional en Español de la agencia DPA, asegura que su nuevo cargo será uno de los mayores retos por ser su primera experiencia como director de un medio en Bolivia.

“Es un reto personal. Siempre se aprende en la vida, y yo aprenderé de mis colegas y de este nuevo ejercicio profesional”, asegura.

¿Qué objetivos se ha trazado al asumir este cargo?

En primer lugar quisiera decir con toda claridad que voy a mantener la línea editorial del periódico, de independencia y pluralidad que lo ha caracterizado.

Pero así como los periodistas estamos obligados a buscar la verdad por inalcanzable que sea,  creo que también estamos obligados a buscar un periodismo de excelencia y ese es uno de mis propósitos principales en el ámbito laboral.

Creo que Página Siete ya es un diario de referencia, pero hay que seguir trabajando y tengo algunas ideas y proyectos que voy a proponer a los redactores, porque sin un equipo  no se ,lo puede hacer.

¿Por qué decidió aceptar este cargo?

Es un lindo reto. Yo me había jubilado el 31 de diciembre de 2010, después de trabajar casi 40 años en la agencia alemana DPA, y había decidido volver a Bolivia para hacer las cosas que el periodismo, que es una profesión tan agitada, no me había dejado hacer durante tanto tiempo.

Tenía libros en la mente que empecé a escribir y también cumplir un viejo deseo de estudiar historia, pero bueno, Página Siete me tentó y agradecí la confianza. Para mí es un honor que hayan pensado en mí. Asumo el reto con mucho entusiasmo y responsabilidad.

¿Cuál será su estrategia para dirigir Página Siete?

A mí no me preocupa la línea editorial porque no debería ser una preocupación. Es decir, la Constitución Política del Estado garantiza el derecho a la libre expresión, el derecho a la libre opinión y libre interpretación.

Me preocupa esa percepción en determinados sectores de la sociedad –y creo que nos debería llamar a la reflexión– de que el ejercicio del periodismo independiente es un riesgo. En una sociedad democrática, en un Estado de Derecho no cabe o no debería caber ese temor.

¿Cuál será el mayor desafío en esta gestión?

El mayor desafío es eminentemente profesional, precisamente seguir levantando el periódico, buscar su consolidación como diario de referencia que es, ampliar su auditorio y mercado de lectores.

El periódico tiene tres años y tengo entendido que ya está saliendo de las dificultades iniciales que tiene todo diario al empezar, y  no tengo duda de que eso va a ser posible. Página Siete tiene un buen equipo de periodistas y simplemente hay que lograrlo.

¿Cómo ha visto el crecimiento de Página Siete durante estos tres años?

Bien, muy bien. Recuerdo que para el primer aniversario, Raúl Peñaranda me había pedido un artículo y le decía que el reto de un diario, ante la crisis de los medios tradicionales, era hacer el diario del día siguiente con la frescura del día de hoy.

Yo creo que Página Siete ha trabajado mucho en ese sentido y lo ha logrado, porque es difícil hacer hoy un diario, por una razón elemental: cuando un diario llega al puesto de venta, el lector ya está enterado de lo que pasó en el país, lo vio un día antes en Internet, en radio o en televisión, así que hay que darle una razón muy poderosa  al lector para que compra el periódico. El lector tiene que encontrar algo que  no haya visto en otros medios digitales.

Mi idea esa: hacer el periódico de mañana con la frescura de hoy. Ese es un reto importante y hay que intentarlo.

¿Qué expectativa tiene con todo lo que se viene ahora?

Estoy muy contento con las reacciones que estoy viendo en las redes sociales. Francamente no me las esperaba y veo un amplio apoyo, la gente me llama para darme ánimo.

Mis expectativos simplemente son trabajar para consolidar el periódico, expectativas netamente profesionales que espero conseguirlas.

Página Siete – 1 de septiembre de 2013

Raúl Garafulic: “Salazar tiene una de las más nutridas carreras periodísticas”

El presidente del Directorio de Página Siete, Raúl Garafulic, afirmó ayer que la designación de Juan Carlos Salazar como sucesor de Raúl Peñaranda tiene que ver con su “nutrida carrera periodística”, desempeñada desde los años 70.

Garafulic afirmó que después de haber evaluado algunos nombres de mucho prestigio y experiencia, “creemos que con Juan Carlos Salazar Página Siete ha hecho la mejor elección posible”.

¿Cuáles son las razones para la elección de Salazar?

Salazar tiene una de las más nutridas carreras  periodísticas que conozco y llegó a ser director del Servicio Internacional en Español de la agencia noticiosa alemana DPA. Él es un hombre que conoce y maneja muy bien  los secretos de la profesión. En los últimos años fue el brazo derecho del padre José Gramunt en el manejo de la agencia Fides, por lo tanto está perfectamente interiorizado del acontecer noticioso nacional.

¿Qué dice de su calidad humana?

He conversado con varias personas que trabajaron con él y todos destacan su extraordinaria calidad humana y por ello le será fácil integrarse al equipo de trabajadores de Página Siete. Además, es un hombre que ejercerá con comodidad  la representación del periódico ante las diferentes instancias de nuestra sociedad.

¿Cuáles son los desafíos?

Su trayectoria periodística garantiza que mantendrá una línea de pluralismo e independencia, con la necesaria dosis de valentía que requiere la dirección de Página Siete. Además, fue el propio Raúl Peñaranda uno de los que lo recomendó para el cargo.

¿Será fácil criticar a Salazar?

Juan Carlos fue expulsado de Bolivia por las dictaduras militares y vivió fuera del país durante 40 años, así que no tienen vinculaciones que lo expongan a ataques e injurias que puedan ser utilizados contra él.

Página Siete – 31 de agosto de 2013

“Gato Salazar”, de la guerrilla del “Che” a la insurgencia zapatista

Por: Ángel Tórres

La carrera profesional del periodista boliviano Juan Carlos Salazar del Barrio, popularmente conocido y llamado de “Gato Salazar” (debido a sus ojos verduzcos), si personalmente lo enaltece, su gremio y el país también quedan en alto.

Oriundo de Tupiza, se contó entre los 70 y más informadores del exilio de 1971, consecuente a la toma del poder político y económico de la nación por el entonces coronel Hugo Banzer para ejercicio en dictadura de siete años, tras derrocar al gobierno populista del general Juan José Torres. Salazar era corresponsal de DPA, gremialmente secretario de Libertad de Prensa de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia.

Su paradigmática carrera comienza en La Paz, en 1964, como reportero de radio Fides y la culmina en Madrid, en 2010, como jefe del Servicio Internacional en Español de la Deutshe Presse-Agentur (DPA) tras de haber prestado servicios como corresponsal y jefe durante 40 años, sucesivamente en Bolivia, Argentina, México-Centroamérica y Cuba (Concurrente), naturalmente que con una digna jubilación; año en que, por coincidencia, la revista “100 Latinos-Madrid”, resalta su nombre, nacionalidad y profesión como ejemplo de vida y éxito.

Su personalidad y su formación

Nace en Tupiza, Potosí, el 24 de diciembre de 1945; sus padres: Carlos Eduardo Salazar y Elba del Barrio, varios hermanos.

Su simpático apodo felino de “Gato” le viene desde las aulas, en resalte de sus ojos verduzcos y franca disposición a participar entusiasta, de eventos cívicos y culturales, deportivos y sociales que, aparte de agradarle, le sirve cual tarjeta de presentación social.

Dotado de una clara inteligencia, idónea formación profesional y de carisma o áurea -entendida como facultad o don nato de atraer y hasta seducir a las personas- sea por su voluntarismo e iniciativa o su palabra, nada le resulta arduo para abrirse paso en la vida; como periodista, a tiempo completo, coloquialmente, “alma vida y corazón”.

Establecida su familia en La Paz dese los años 50, recibe una disciplinada instrucción y educación. Cursa la primaria en el colegio La Salle (1952-57), su secundaria en el colegio San Calixto, de La Paz y en el Sagrado Corazón, de Sucre (1958-63). Bachiller en Humanidades por la Universidad Mayor San Francisco Xavier (1964).

Nuevamente en La Paz, en 1970 obtiene el título de Técnico en Medios de Comunicación Social por la Universidad Católica Boliviana. En 1976, en ausencia, es titulado Periodista en Provisión Nacional por el sistema de Universidad-Boliviana-Consejo Nacional de Educación Superior.

La Deutsche Presse

Deutshe Presse-Agentur, en castellano Agencia Alemana de Prensa, es uno de los gigantes mass-media del mundo que, merced al talento y competitividad de sus ejecutivos, redactores, personal de apoyo e inmediatez en el uso de los avances de las tecnologías de comunicación electrónica, se coloca a la altura y más de las grandes agencias como Reuters, UPI, AFP, AP ó EFE. Informa en cuatro idiomas: alemán, inglés, español y árabe.

No se trata de un ente estatal, sino de una Sociedad de Responsabilidad Limitada, creada en Hamburgo, en 1949, por acuerdo de propietarios de diarios y firmas editoras, de radioemisoras y de estaciones de televisión, en una forma de supracooperativa, inicialmente para satisfacer el mercado noticioso de la República Federal Alemana (RFA). En su evolución llega a expandirse al resto de Europa y demás continentes; siendo notable su Servicio Europeo y el de Servicios Internacionales.

En 1960 crea su servicio internacional en Español, orientado a cubrir el mercado informativo de los países hispanoamericanos y, obviamente de España.

La caída del Muro de Berlín en 1989 y la reunificación alemana en 1990, apuran el proceso expansivo de DPA; así, en 1992 se abre un Centro Editor en Buenos Aires y en 1997 se establece en Madrid la Redacción Central en español.

En 1998, Juan Carlos Salazar es promovido de la corresponsalía en México a la de Madrid, a la Mesa Central Editora y al año siguiente es designado Jefe del Servicio Internacional en Español de DPA, a cargo de 120 corresponsales, durante cuyo ejercicio de once años “mejoró notablemente la calidad periodística del Servicio” según escribiera Klaus Blume, Jefe del Servicio Europeo y Coordinador de los Servicios Internacionales de DPA.

DPA en Bolivia

La Agencia Alemana de Prensa se asienta en el país mediante un acuerdo Sui géneris: el intercambio de noticias entre Radio FIDES y DPA, sin coste para ninguno, concertado en Hamburgo, a finales de 1960, entre el director de la emisora boliviana, José Gramunt de Moragas, y el representante de la agencia germana y el entonces director de los Servicios Internacionales de la misma, Alfred Bragard.

Gramunt es el primer corresponsal de DPA en Bolivia y Radio Fides el primer medio en el país en difundir la información servida por tal agencia.

El primer medio impreso en publicar el material noticioso de DPA, ya en 1961, fue el diario paceño “La Nación”, entonces bajo dirección de Hugo González Rioja. El matutino, empero, no contaba con un teletipo, de modo que el material se lo recibía en un aparato instalado en la embajada de la RFA, sin duda por cortesía, dado que DPA era y es una agencia privada. Dos redactores alternaban en la recepción del material noticioso, de lunes a viernes, puntualmente a partir de las 17 horas, durante unos 30 minutos. Ya en oficina de destino, titulado o no, el material se dejaba en el escritorio del Jefe de Cables de “La Nación”, José Medrano; al día siguiente se podía leer el material publicado.

“Gato Salazar” fue el segundo Corresponsal-representante de DPA en el país, desde el 4 de septiembre de 1968 al 28 de agosto de 1971, debido a la represión política. Ana María Romero de Campero (+) tuvo la corresponsalía durante los años 80. DPA, al presente tiene como corresponsales a los periodistas Mario Roque Cayoja y a Gustavo Ondarza.

El periodista gana al abogado

Salazar emprende su carrera periodística en Radio Fides, en 1964, como algo coyuntural, mientras realiza sus estudios de Derecho en la UMSA, donde cursa los años 1965-66 poniéndoles alto en abril de 1967, debido a la relevancia internacional de la guerrilla del Che Guevara, que le impone definirse entre ser un buen abogado o un mejor periodista; grave dilema que se resuelve por lo segundo.

A R-Fides le dedica cinco años, hasta agosto de 1971, simultaneando labor para la Agencia de Noticias Fides (ANF), creada en la misma emisora de los padres jesuitas.

Cubre la guerrilla guevarista para R-Fides y ANF. Ese entonces, el director de la emisora, Gramunt, ya tenía la corresponsalía de DPA, a la que se añade la de EFE, debido que nuestro felino periodista informa también para esas dos agencias de noticias europeas.

Ese mismo año, entre septiembre al 18 de noviembre, informa, siempre desde Camiri, las incidencias del proceso judicial castrense seguido a Regis Debray, Ciro R. Bustos y a cuatro guerrilleros desertores. La cobertura informativa de la guerrilla y del Consejo de Guerra, aparte de su connotación histórica, constituye su consagración profesional, interna y externamente. Tenía 22 años.

El 4 de septiembre de 1968, DPA, le nombra Corresponsal-representante en Bolivia, función que desempeña hasta el 28 de agosto de 1971.

El tabloide “Hoy” de La Paz, cuenta con sus servicios entre 1969-70, como el canal 7 de TV en parte del 71. Esos años, por lo demás, escribe colaboraciones para los matutinos “Presencia” y “El Diario”, resaltando en el vocero católico sus reportajes sobre la victoria electoral de Salvador Allende (Chile).

En agosto del 71 se da el gran salto de su carrera, de lo nacional a lo internacional. La represión política desatada por el régimen banzerista que alcanza a sindicalistas, intelectuales, periodistas y sospechosos de desafección, le impele a preservar su vida. Renuncia a la corresponsalía de DPA y marcha al exilio, a Buenos Aires, donde, para su sorpresa, lo espera un personero de esa agencia alemana y le hace saber que su dimisión no fue aceptada y que debe continuar trabajando para DPA.

Camiri; no Muyupampa

La mañana del 23 de marzo de 1967, domingo, un grupo insurgente desconocido embosca a una patrulla militar en el cañadón de la región selvática y montuosa del país llamada Ñancahuazú, dentro de la jurisdicción del departamento de Santa Cruz. Se trataba del primer golpe guerrillero que propendía a crear en el país un foco de guerrilla de irradiación continental, cuyas acciones se prolongan hasta el 8 de octubre en que la insurgencia es aniquilada en el Vado del Yeso, aprisionando al jefe rebelde y al día siguiente muerto en una escuelita de La Higuera.

Unos 45 días antes, o menos, “El Diario” da noticia de la presencia de guerrillas en el territorio, sustentada en una alta fuente palaciega, pero a las 24 horas, el Presidente Barrientos niega tal extremo, afirma que hay normalidad pública. Entonces y hasta poco después de la emboscada en Ñancahuazú, se ignoraba la identidad del jefe insurgente, la nacionalidad y número de los alzados, dando lugar a serie de especulaciones informativas; decíase tratarse de unos 500 extremistas de Perú, Cuba y de países del este de Europa.

La emboscada guerrillera tuvo un efecto de bomba de amplio poder expansivo. En las redacciones de los principales medios de comunicación de La Paz se adoptaron las medidas pertinentes para la cobertura informativa de la guerra de guerrillas desatada, cuya repercusión pasa de lo nacional a lo externo.

El matutino de la primicia destaca a un enviado de prensa con destino a Sucre y desde allí desplazarse al poblado no muy alejado de Muyupampa, en Chuquisaca, en razón a que desde allí se emitían algunos partes militares de guerra; otro periodista se trasladó a Santa Cruz de la Sierra. El diario “Presencia” se movía mediante su corresponsal en Sucre, Hugo Delgadillo (†). El enviado a Sucre, al llegar al aeropuerto capitalino, la primera persona conocida que encuentra es a “Gato Salazar”, quien le dice: “Angelito: en Muyupampa no hay nada, tenemos que ir a Camiri, allí está la gran cocina de todo”. El fue el primer enviado de prensa a la cobertura informativa de la guerrilla, al parecer sólo para R-Fides, pero también para DPA y EFE, sólo que con la dirección equivocada, pues. Muyupampa como fuente informativa no era más que una estratagema castrense para el despiste de periodistas.

La capital petrolera

El viaje a Camiri, pequeña ciudad industrial petrolera y comercial cruceña de unos 30.000 habitantes, se lo hizo en un taxi (Jeep) pagado a medias. Durante mucho tiempo en el país, los enviados de prensa viajaban apenas con una muda de ropa y provistos nada más que de una libreta de notas y bolígrafo.

Camiri, sede de la 4ta. División de Ejército, lo era también del comando antiinsurgencia de su área; igualmente de un activo centro productivo de YPFB y de activo comercio con la Argentina. Para sus comunicaciones con el resto del país le bastaban el correo y el telégrafo, si bien YPFB estaba dotado de radiotransmisor, telefonía y serie de comodidades para su personal superior y técnico, como en una ciudad dentro de otra. Con ocasión del Consejo de guerra se apura el tendido de la red de telefonía local.

Los periodistas, nacionales y extranjeros, podían desplazarse libremente a Camiri, hasta que se la declara zona militar y para el ingreso debíase recabar autorización militar en La Paz. Una aspiración de los informadores de prensa, íntima o revelada, era la de contactar con algún enlace insurgente y por ese medio llegar hasta el jefe en armas; lo que no pasó de quimérico.

Para ingresar a la zona propiamente de conflicto, desde Camiri, era posible desplazarse en Jeep hasta Lagunillas y de ahí a pie hasta la famosa “casa de Calamina” que, dejándola atrás, siempre a pie, se llega a un gran cañadón surcado por un río de cristalina aguas que al recorrerlo se abre a una zona de gradiente favorecida por la espesura de la arboleda, se llega, por fin, a una semi explanada que constituía el campamento central guerrillero; pero sólo cuando el vivac estaba tomado por las tropas nacionales. Nadie podía aventurarse solo, sino acompañado de un oficial y escolta. La guerrilla ya estaba en declinación.

El Consejo de Guerra

El francés Jules Regis Debray aparece en la escena de la guerrilla el mes de abril, al ser capturado en las afueras de Muyupampa, procedente de Ñancahuazú, conjuntamente con el argentino Ciro Roberto Bustos, aduciendo los dos ser periodistas. De los interrogatorios al galo se supo que el “Che” Guevara comandaba la insurgencia y que sus alistados no pasaban de 50. El problema militar de Estado era qué hacer con ellos, decidiéndose someterlos a la justicia militar.

El Consejo de Guerra, presidido por el coronel Efraín Guachilla, se sustanció en Camiri, entre septiembre al 18 de noviembre, última audiencia en la que se sentenció a cada uno a 30 años de prisión militar y se absolvió a los cuatro bolivianos.

Se desarrolló entre incidencias de procedimiento y también políticas. El Dr. Raúl Novillo era abogado de Debray y el Dr. Jaime Mendizábal Moya Bustos. Los juristas adalid Herbas y Manuel Morales Dávila representaban a la Parte civil o acusadora de los delitos de “rebelión”, asesinato, robo y heridas”. El coronel Remberto Iriarte hizo de Fiscal, quién, en la primera audiencia, en su exposición, dando por probados los delitos, demandó la pena máxima para los dos extranjeros y penas menores para los cuatro bolivianos, lo que dio lugar a que el abogado Mendizábal recurriera la incompetencia jurídica del tribunal militar para ocuparse de delitos políticos y comunes .

En otra incidencia, un enviado de la Fundación Bertrand Russel (Inglaterra) intentó la lectura de una declaración, pero fue detenido y expulsado de Camiri y del país. Debray y Bustos siempre adujeron ser periodistas, en octubre, empero, a las 48 horas de la certificación de la muerte de Guevara en la escuelita de La Higuera, Debray sorprendió declarando su “corresponsabilidad moral política” con el movimiento guerrillero. Entre los juristas observadores se contaba uno que había intervenido en el proceso de Nuremberg, acabada la Segunda Guerra Mundial.

El consejo de Guerra atrajo a unos 80 periodistas del exterior, siendo de franceses el mayor número; de parte de los nacionales no más de cinco. Unos diez informadores fueron expulsados de Camiri y muchos que decían tales jamás enviaron una sola línea de texto por los aparatos de Cable West Coast. Entre tantísimos periodistas Gato Salazar se movía cual pez en el agua y hasta ganó en unos preciosos minutos en la difusión de la sentencia judicial a sus estirados colegas del exterior, gracias a una feliz iniciativa suya, (Los coroneles Guachalla e Iriarte fueron ascendidos al generalato de brigada en 1968. En 1970, el gobierno del general Torres liberó en secreto a Debray y a Bustos).

El exilio del 71

La proscripción de periodistas entre los que se contó Salazar, tras la ascensión del general Banzer al poder, quebró el récord de 1952 (MNR) que alcanzó a unos 30, principalmente a toda la redacción del antiguo diario paceño “La Razón” y de otros medios; en 1971 fueron setenta y más, acogidos en países vecinos, de más allá y de Europa.

Los mejores preparados y dispuestos para enfrentar la adversidad, como nuestro “Gato”, rápidamente encontraron acomodo, se impusieron y ganaron lauros; lo mejor, enalteciendo la bolivianidad. A los que no les bien, tuvieron que conformarse con trabajo de correctores, en impresos eventuales y lo que les era posible.

Periodistas exiliados los tuvimos en diarios y revistas, radios y televisión, editoriales y firmas editoriales y firmas publicitarias en la Argentina, Perú, Chile (hasta 1973), Ecuador, Venezuela, México, Inglaterra, España, Italia, Francia, Suecia, Noruega, incluso un corresponsal en la guerra sirio-libanesa.

De Baires a México

Como ningún otro ex terrado, Salazar, desde el primer día de su ostracismo en Argentina, Buenos Aires, tuvo la fortuna de seguir en trabajo para DPA como Corresponsal adjunto, durante cinco años, del 29 de agosto de 1971 al 15 de julio de 1976.

De consiguiente le cupo cubrir, entre otros hechos noticiosos de repercusión mundial, la llamada “guerra sucia” de la dictadura. Argentina contra los montoneros rebeldes e izquierda en general que dejó miles de muertos, detenidos, torturados y desaparecidos.

Tras el quinquenio rioplatense, en abril de 1977 es destinado a igual función en México con cobertura coyuntural en Centroamérica y Cuba. Desde ciudad México viajaba con frecuencia a las diferentes repúblicas de Centroamérica para la cobertura de eventos riesgosos: revoluciones y guerras civiles, pero no ya como cuando en Bolivia que lo hacia munido nada más que de libreta y bolígrafo, sino de modernos artilugios de oficio.

México, con su impresionante multiculturalidad, desarrollo y compleja problemática, le reclama 22 años de su transhumancia de informador de prensa; cubre, entre otros eventos, la guerrilla zapatista que irrumpe en Chiapas, en la selva Lacandona, en enero de 1994, hasta donde se desplaza siguiendo el itinerario del ejército mexicano. La guerrilla del “comandante Marcos” no aspiraba a crear foco alguno de rebelión mayor, sino de llamar la atención sobre la deprimente vida de las comunidades de indígenas chiapanecos y del resto del país.

La gran promoción; el reconocimiento

Tras esas dos décadas de servicio en México-Centroamérica-Cuba, no sin haber escrito un tiempo para el “Excelsior”, DPA lo promueve en 1999 a Madrid, sede matriz de su Servicio Internacional en Español y enseguida es designado jefe del mismo; tiene bajo su orientación y dirección a 120 corresponsales acreditados en países de Hispanoamérica.

A tan importante servicio informativo de área de DPA, Salazar le imprime dinamismo y lo mejora notablemente, patentizados por el jefe de los servicios Internacionales de la agencia, el ya mencionado Klaus Blume.

Durante su trabajo en España, el mayor hecho noticioso, aparte de los frecuentes atentados de ETA y asuntos de política, economía y diplomacia, ocurre en Madrid, en septiembre de 2004, con los atentados terroristas de Al-Qaeda que causan 180 decesos y muchos heridos, lo que exige de Salazar como jefe, su mayor rigor y diligencia informativa, dada la competencia de las demás agencias.

En 2006, el Servicio Internacional en Español de DPA publica su “Manual de estilo”, elaborado como “trabajo de conjunto” bajo coordinación suya y prologado por Thomas von Mouillard, nuevo jefe de los Servicios Internacional y por Juan Carlos Salazar, Jefe del Servicio Internacional en Español.

El 2010 es un año imperecedero en la carrera de nuestro inefable “Gato Salazar”. Se cumple el cincuentenario del Servicio a su cargo, con cuyo motivo se publica una amena historia del mismo bajo el título “De Buena Fuente”, coordinado por él y prologado por Wolfgang Büchner, Redactor jefe de DPA; el número tres de la revista “100 Latinos-Madrid” consigna una reseña suya con foto y, al cumplir tal año el tiempo de trabajo reglamentario de DPA, pasa a la jubilación, sin mengüa de sus arrestos intelectivos ni de sus bríos profesionales.

(La Patria – Oruro, 2 de octubre de 2011)