Por: Ángel Tórres
La carrera profesional del periodista boliviano Juan
Carlos Salazar del Barrio, popularmente conocido y llamado de “Gato Salazar”
(debido a sus ojos verduzcos), si personalmente lo enaltece, su gremio y el
país también quedan en alto.
Oriundo de Tupiza, se contó entre los 70 y más
informadores del exilio de 1971, consecuente a la toma del poder político y
económico de la nación por el entonces coronel Hugo Banzer para ejercicio en
dictadura de siete años, tras derrocar al gobierno populista del general Juan
José Torres. Salazar era corresponsal de DPA, gremialmente secretario de
Libertad de Prensa de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia.
Su paradigmática carrera comienza en La Paz, en 1964, como
reportero de radio Fides y la culmina en Madrid, en 2010, como jefe del
Servicio Internacional en Español de la Deutshe Presse-Agentur (DPA) tras de
haber prestado servicios como corresponsal y jefe durante 40 años,
sucesivamente en Bolivia, Argentina, México-Centroamérica y Cuba (Concurrente),
naturalmente que con una digna jubilación; año en que, por coincidencia, la
revista “100 Latinos-Madrid”, resalta su nombre, nacionalidad y profesión como
ejemplo de vida y éxito.
Su personalidad y su formación
Nace en Tupiza, Potosí, el 24 de diciembre de 1945; sus
padres: Carlos Eduardo Salazar y Elba del Barrio, varios hermanos.
Su simpático apodo felino de “Gato” le viene desde las
aulas, en resalte de sus ojos verduzcos y franca disposición a participar
entusiasta, de eventos cívicos y culturales, deportivos y sociales que, aparte
de agradarle, le sirve cual tarjeta de presentación social.
Dotado de una clara inteligencia, idónea formación
profesional y de carisma o áurea -entendida como facultad o don nato de atraer
y hasta seducir a las personas- sea por su voluntarismo e iniciativa o su
palabra, nada le resulta arduo para abrirse paso en la vida; como periodista, a
tiempo completo, coloquialmente, “alma vida y corazón”.
Establecida su familia en La Paz dese los años 50, recibe
una disciplinada instrucción y educación. Cursa la primaria en el colegio La
Salle (1952-57), su secundaria en el colegio San Calixto, de La Paz y en el
Sagrado Corazón, de Sucre (1958-63). Bachiller en Humanidades por la
Universidad Mayor San Francisco Xavier (1964).
Nuevamente en La Paz, en 1970 obtiene el título de Técnico
en Medios de Comunicación Social por la Universidad Católica Boliviana. En
1976, en ausencia, es titulado Periodista en Provisión Nacional por el sistema
de Universidad-Boliviana-Consejo Nacional de Educación Superior.
La Deutsche Presse
Deutshe Presse-Agentur, en castellano Agencia Alemana de
Prensa, es uno de los gigantes mass-media del mundo que, merced al talento y
competitividad de sus ejecutivos, redactores, personal de apoyo e inmediatez en
el uso de los avances de las tecnologías de comunicación electrónica, se coloca
a la altura y más de las grandes agencias como Reuters, UPI, AFP, AP ó EFE.
Informa en cuatro idiomas: alemán, inglés, español y árabe.
No se trata de un ente estatal, sino de una Sociedad de
Responsabilidad Limitada, creada en Hamburgo, en 1949, por acuerdo de
propietarios de diarios y firmas editoras, de radioemisoras y de estaciones de
televisión, en una forma de supracooperativa, inicialmente para satisfacer el
mercado noticioso de la República Federal Alemana (RFA). En su evolución llega
a expandirse al resto de Europa y demás continentes; siendo notable su Servicio
Europeo y el de Servicios Internacionales.
En 1960 crea su servicio internacional en Español, orientado
a cubrir el mercado informativo de los países hispanoamericanos y, obviamente
de España.
La caída del Muro de Berlín en 1989 y la reunificación
alemana en 1990, apuran el proceso expansivo de DPA; así, en 1992 se abre un
Centro Editor en Buenos Aires y en 1997 se establece en Madrid la Redacción
Central en español.
En 1998, Juan Carlos Salazar es promovido de la
corresponsalía en México a la de Madrid, a la Mesa Central Editora y al año
siguiente es designado Jefe del Servicio Internacional en Español de DPA, a
cargo de 120 corresponsales, durante cuyo ejercicio de once años “mejoró
notablemente la calidad periodística del Servicio” según escribiera Klaus
Blume, Jefe del Servicio Europeo y Coordinador de los Servicios Internacionales
de DPA.
DPA en Bolivia
La Agencia Alemana de Prensa se asienta en el país mediante
un acuerdo Sui géneris: el intercambio de noticias entre Radio FIDES y DPA, sin
coste para ninguno, concertado en Hamburgo, a finales de 1960, entre el
director de la emisora boliviana, José Gramunt de Moragas, y el representante
de la agencia germana y el entonces director de los Servicios Internacionales
de la misma, Alfred Bragard.
Gramunt es el primer corresponsal de DPA en Bolivia y Radio
Fides el primer medio en el país en difundir la información servida por tal
agencia.
El primer medio impreso en publicar el material noticioso de
DPA, ya en 1961, fue el diario paceño “La Nación”, entonces bajo dirección de
Hugo González Rioja. El matutino, empero, no contaba con un teletipo, de modo
que el material se lo recibía en un aparato instalado en la embajada de la RFA,
sin duda por cortesía, dado que DPA era y es una agencia privada. Dos
redactores alternaban en la recepción del material noticioso, de lunes a
viernes, puntualmente a partir de las 17 horas, durante unos 30 minutos. Ya en
oficina de destino, titulado o no, el material se dejaba en el escritorio del
Jefe de Cables de “La Nación”, José Medrano; al día siguiente se podía leer el
material publicado.
“Gato Salazar” fue el segundo Corresponsal-representante de
DPA en el país, desde el 4 de septiembre de 1968 al 28 de agosto de 1971,
debido a la represión política. Ana María Romero de Campero (+) tuvo la
corresponsalía durante los años 80. DPA, al presente tiene como corresponsales
a los periodistas Mario Roque Cayoja y a Gustavo Ondarza.
El periodista gana al abogado
Salazar emprende su carrera periodística en Radio Fides, en
1964, como algo coyuntural, mientras realiza sus estudios de Derecho en la
UMSA, donde cursa los años 1965-66 poniéndoles alto en abril de 1967, debido a
la relevancia internacional de la guerrilla del Che Guevara, que le impone
definirse entre ser un buen abogado o un mejor periodista; grave dilema que se
resuelve por lo segundo.
A R-Fides le dedica cinco años, hasta agosto de 1971,
simultaneando labor para la Agencia de Noticias Fides (ANF), creada en la misma
emisora de los padres jesuitas.
Cubre la guerrilla guevarista para R-Fides y ANF. Ese
entonces, el director de la emisora, Gramunt, ya tenía la corresponsalía de
DPA, a la que se añade la de EFE, debido que nuestro felino periodista informa
también para esas dos agencias de noticias europeas.
Ese mismo año, entre septiembre al 18 de noviembre, informa,
siempre desde Camiri, las incidencias del proceso judicial castrense seguido a
Regis Debray, Ciro R. Bustos y a cuatro guerrilleros desertores. La cobertura
informativa de la guerrilla y del Consejo de Guerra, aparte de su connotación
histórica, constituye su consagración profesional, interna y externamente.
Tenía 22 años.
El 4 de septiembre de 1968, DPA, le nombra
Corresponsal-representante en Bolivia, función que desempeña hasta el 28 de
agosto de 1971.
El tabloide “Hoy” de La Paz, cuenta con sus servicios entre
1969-70, como el canal 7 de TV en parte del 71. Esos años, por lo demás,
escribe colaboraciones para los matutinos “Presencia” y “El Diario”, resaltando
en el vocero católico sus reportajes sobre la victoria electoral de Salvador
Allende (Chile).
En agosto del 71 se da el gran salto de su carrera, de lo
nacional a lo internacional. La represión política desatada por el régimen
banzerista que alcanza a sindicalistas, intelectuales, periodistas y
sospechosos de desafección, le impele a preservar su vida. Renuncia a la
corresponsalía de DPA y marcha al exilio, a Buenos Aires, donde, para su
sorpresa, lo espera un personero de esa agencia alemana y le hace saber que su
dimisión no fue aceptada y que debe continuar trabajando para DPA.
Camiri; no Muyupampa
La mañana del 23 de marzo de 1967, domingo, un grupo
insurgente desconocido embosca a una patrulla militar en el cañadón de la
región selvática y montuosa del país llamada Ñancahuazú, dentro de la
jurisdicción del departamento de Santa Cruz. Se trataba del primer golpe
guerrillero que propendía a crear en el país un foco de guerrilla de
irradiación continental, cuyas acciones se prolongan hasta el 8 de octubre en
que la insurgencia es aniquilada en el Vado del Yeso, aprisionando al jefe
rebelde y al día siguiente muerto en una escuelita de La Higuera.
Unos 45 días antes, o menos, “El Diario” da noticia de la
presencia de guerrillas en el territorio, sustentada en una alta fuente
palaciega, pero a las 24 horas, el Presidente Barrientos niega tal extremo,
afirma que hay normalidad pública. Entonces y hasta poco después de la
emboscada en Ñancahuazú, se ignoraba la identidad del jefe insurgente, la
nacionalidad y número de los alzados, dando lugar a serie de especulaciones
informativas; decíase tratarse de unos 500 extremistas de Perú, Cuba y de
países del este de Europa.
La emboscada guerrillera tuvo un efecto de bomba de amplio
poder expansivo. En las redacciones de los principales medios de comunicación
de La Paz se adoptaron las medidas pertinentes para la cobertura informativa de
la guerra de guerrillas desatada, cuya repercusión pasa de lo nacional a lo
externo.
El matutino de la primicia destaca a un enviado de prensa
con destino a Sucre y desde allí desplazarse al poblado no muy alejado de
Muyupampa, en Chuquisaca, en razón a que desde allí se emitían algunos partes
militares de guerra; otro periodista se trasladó a Santa Cruz de la Sierra. El
diario “Presencia” se movía mediante su corresponsal en Sucre, Hugo Delgadillo
(†). El enviado a Sucre, al llegar al aeropuerto capitalino, la primera persona
conocida que encuentra es a “Gato Salazar”, quien le dice: “Angelito: en
Muyupampa no hay nada, tenemos que ir a Camiri, allí está la gran cocina de
todo”. El fue el primer enviado de prensa a la cobertura informativa de la
guerrilla, al parecer sólo para R-Fides, pero también para DPA y EFE, sólo que
con la dirección equivocada, pues. Muyupampa como fuente informativa no era más
que una estratagema castrense para el despiste de periodistas.
La capital petrolera
El viaje a Camiri, pequeña ciudad industrial petrolera y
comercial cruceña de unos 30.000 habitantes, se lo hizo en un taxi (Jeep)
pagado a medias. Durante mucho tiempo en el país, los enviados de prensa
viajaban apenas con una muda de ropa y provistos nada más que de una libreta de
notas y bolígrafo.
Camiri, sede de la 4ta. División de Ejército, lo era también
del comando antiinsurgencia de su área; igualmente de un activo centro
productivo de YPFB y de activo comercio con la Argentina. Para sus
comunicaciones con el resto del país le bastaban el correo y el telégrafo, si
bien YPFB estaba dotado de radiotransmisor, telefonía y serie de comodidades
para su personal superior y técnico, como en una ciudad dentro de otra. Con
ocasión del Consejo de guerra se apura el tendido de la red de telefonía local.
Los periodistas, nacionales y extranjeros, podían
desplazarse libremente a Camiri, hasta que se la declara zona militar y para el
ingreso debíase recabar autorización militar en La Paz. Una aspiración de los
informadores de prensa, íntima o revelada, era la de contactar con algún enlace
insurgente y por ese medio llegar hasta el jefe en armas; lo que no pasó de
quimérico.
Para ingresar a la zona propiamente de conflicto, desde
Camiri, era posible desplazarse en Jeep hasta Lagunillas y de ahí a pie hasta
la famosa “casa de Calamina” que, dejándola atrás, siempre a pie, se llega a un
gran cañadón surcado por un río de cristalina aguas que al recorrerlo se abre a
una zona de gradiente favorecida por la espesura de la arboleda, se llega, por
fin, a una semi explanada que constituía el campamento central guerrillero;
pero sólo cuando el vivac estaba tomado por las tropas nacionales. Nadie podía
aventurarse solo, sino acompañado de un oficial y escolta. La guerrilla ya
estaba en declinación.
El Consejo de Guerra
El francés Jules Regis Debray aparece en la escena de la
guerrilla el mes de abril, al ser capturado en las afueras de Muyupampa,
procedente de Ñancahuazú, conjuntamente con el argentino Ciro Roberto Bustos,
aduciendo los dos ser periodistas. De los interrogatorios al galo se supo que
el “Che” Guevara comandaba la insurgencia y que sus alistados no pasaban de 50.
El problema militar de Estado era qué hacer con ellos, decidiéndose someterlos
a la justicia militar.
El Consejo de Guerra, presidido por el coronel Efraín
Guachilla, se sustanció en Camiri, entre septiembre al 18 de noviembre, última
audiencia en la que se sentenció a cada uno a 30 años de prisión militar y se
absolvió a los cuatro bolivianos.
Se desarrolló entre incidencias de procedimiento y también
políticas. El Dr. Raúl Novillo era abogado de Debray y el Dr. Jaime Mendizábal
Moya Bustos. Los juristas adalid Herbas y Manuel Morales Dávila representaban a
la Parte civil o acusadora de los delitos de “rebelión”, asesinato, robo y
heridas”. El coronel Remberto Iriarte hizo de Fiscal, quién, en la primera
audiencia, en su exposición, dando por probados los delitos, demandó la pena
máxima para los dos extranjeros y penas menores para los cuatro bolivianos, lo
que dio lugar a que el abogado Mendizábal recurriera la incompetencia jurídica
del tribunal militar para ocuparse de delitos políticos y comunes .
En otra incidencia, un enviado de la Fundación Bertrand
Russel (Inglaterra) intentó la lectura de una declaración, pero fue detenido y
expulsado de Camiri y del país. Debray y Bustos siempre adujeron ser
periodistas, en octubre, empero, a las 48 horas de la certificación de la
muerte de Guevara en la escuelita de La Higuera, Debray sorprendió declarando
su “corresponsabilidad moral política” con el movimiento guerrillero. Entre los
juristas observadores se contaba uno que había intervenido en el proceso de
Nuremberg, acabada la Segunda Guerra Mundial.
El consejo de Guerra atrajo a unos 80 periodistas del
exterior, siendo de franceses el mayor número; de parte de los nacionales no
más de cinco. Unos diez informadores fueron expulsados de Camiri y muchos que
decían tales jamás enviaron una sola línea de texto por los aparatos de Cable
West Coast. Entre tantísimos periodistas Gato Salazar se movía cual pez en el
agua y hasta ganó en unos preciosos minutos en la difusión de la sentencia
judicial a sus estirados colegas del exterior, gracias a una feliz iniciativa
suya, (Los coroneles Guachalla e Iriarte fueron ascendidos al generalato de
brigada en 1968. En 1970, el gobierno del general Torres liberó en secreto a
Debray y a Bustos).
El exilio del 71
La proscripción de periodistas entre los que se contó
Salazar, tras la ascensión del general Banzer al poder, quebró el récord de
1952 (MNR) que alcanzó a unos 30, principalmente a toda la redacción del
antiguo diario paceño “La Razón” y de otros medios; en 1971 fueron setenta y
más, acogidos en países vecinos, de más allá y de Europa.
Los mejores preparados y dispuestos para enfrentar la
adversidad, como nuestro “Gato”, rápidamente encontraron acomodo, se impusieron
y ganaron lauros; lo mejor, enalteciendo la bolivianidad. A los que no les
bien, tuvieron que conformarse con trabajo de correctores, en impresos
eventuales y lo que les era posible.
Periodistas exiliados los tuvimos en diarios y revistas,
radios y televisión, editoriales y firmas editoriales y firmas publicitarias en
la Argentina, Perú, Chile (hasta 1973), Ecuador, Venezuela, México, Inglaterra,
España, Italia, Francia, Suecia, Noruega, incluso un corresponsal en la guerra
sirio-libanesa.
De Baires a México
Como ningún otro ex terrado, Salazar, desde el primer día de
su ostracismo en Argentina, Buenos Aires, tuvo la fortuna de seguir en trabajo
para DPA como Corresponsal adjunto, durante cinco años, del 29 de agosto de
1971 al 15 de julio de 1976.
De consiguiente le cupo cubrir, entre otros hechos
noticiosos de repercusión mundial, la llamada “guerra sucia” de la dictadura. Argentina
contra los montoneros rebeldes e izquierda en general que dejó miles de
muertos, detenidos, torturados y desaparecidos.
Tras el quinquenio rioplatense, en abril de 1977 es
destinado a igual función en México con cobertura coyuntural en Centroamérica y
Cuba. Desde ciudad México viajaba con frecuencia a las diferentes repúblicas de
Centroamérica para la cobertura de eventos riesgosos: revoluciones y guerras
civiles, pero no ya como cuando en Bolivia que lo hacia munido nada más que de
libreta y bolígrafo, sino de modernos artilugios de oficio.
México, con su impresionante multiculturalidad, desarrollo y
compleja problemática, le reclama 22 años de su transhumancia de informador de
prensa; cubre, entre otros eventos, la guerrilla zapatista que irrumpe en
Chiapas, en la selva Lacandona, en enero de 1994, hasta donde se desplaza
siguiendo el itinerario del ejército mexicano. La guerrilla del “comandante
Marcos” no aspiraba a crear foco alguno de rebelión mayor, sino de llamar la
atención sobre la deprimente vida de las comunidades de indígenas chiapanecos y
del resto del país.
La gran promoción; el reconocimiento
Tras esas dos décadas de servicio en México-Centroamérica-Cuba,
no sin haber escrito un tiempo para el “Excelsior”, DPA lo promueve en 1999 a
Madrid, sede matriz de su Servicio Internacional en Español y enseguida es
designado jefe del mismo; tiene bajo su orientación y dirección a 120
corresponsales acreditados en países de Hispanoamérica.
A tan importante servicio informativo de área de DPA,
Salazar le imprime dinamismo y lo mejora notablemente, patentizados por el jefe
de los servicios Internacionales de la agencia, el ya mencionado Klaus Blume.
Durante su trabajo en España, el mayor hecho noticioso,
aparte de los frecuentes atentados de ETA y asuntos de política, economía y
diplomacia, ocurre en Madrid, en septiembre de 2004, con los atentados
terroristas de Al-Qaeda que causan 180 decesos y muchos heridos, lo que exige
de Salazar como jefe, su mayor rigor y diligencia informativa, dada la
competencia de las demás agencias.
En 2006, el Servicio Internacional en Español de DPA publica
su “Manual de estilo”, elaborado como “trabajo de conjunto” bajo coordinación
suya y prologado por Thomas von Mouillard, nuevo jefe de los Servicios
Internacional y por Juan Carlos Salazar, Jefe del Servicio Internacional en
Español.
El 2010 es un año imperecedero en la carrera de nuestro inefable “Gato Salazar”. Se cumple el cincuentenario del Servicio a su cargo, con cuyo motivo se publica una amena historia del mismo bajo el título “De Buena Fuente”, coordinado por él y prologado por Wolfgang Büchner, Redactor jefe de DPA; el número tres de la revista “100 Latinos-Madrid” consigna una reseña suya con foto y, al cumplir tal año el tiempo de trabajo reglamentario de DPA, pasa a la jubilación, sin mengüa de sus arrestos intelectivos ni de sus bríos profesionales.
(La Patria – Oruro, 2 de octubre de 2011)