Cándido Tancara Castillo
Mientras estudiaba Geología quedó conquistado por el periodismo en la Agencia de Noticias Fides (ANF), de la que fue cofundador en 1964 con el padre José Gramunt de Moragas. Entonces no había una carrera de comunicación o periodismo en ninguna de las universidades en el país, se puso a estudiar Derecho, porque era afín con lo que hacía, y en eso fue enviado a hacer cobertura de la guerrilla del Che Guevara, entre 1966 y 1967, que se estableció en alrededores del río Ñancahuazú, en el límite de Santa Cruz y Chuquisaca. Esa vez dejó la carrera y de manera definitiva.
“Muchos colegas latinoamericanos hubiesen pagado por esa cobertura y yo tuve la suerte de hacerla y me pagaron por ella”, dijo Juan Carlos Salazar del Barrio, que entonces cumplía con el requisito de cinco años de trabajo en un medio de comunicación, exigencia de la Universidad Católica Boliviana (UCB) para matricular a los primeros estudiantes del entonces Instituto Superior de Ciencias y Técnica de la Opinión Pública.
Así se llamaba la carrera que hoy lleva el nombre de Comunicación Social. Entonces se inscribieron 30 periodistas, que no solo tenían que cumplir el requisito de cinco años de trabajo, sino que debían estar en pleno ejercicio. Entonces se sumaron periodistas de los diarios Presencia, El Diario, Hoy, Última Hora, también de ANF, de la ahora BoliviaTv, entre otros. Todos los periodistas anteriores a la primera carrera de la UCB en el país eran autodidactas o historiadores, abogados y de ciencias políticas.
“El 23 de diciembre se cumplen 50 años de la primera colación de grado de la UCB, de la primera generación de profesionales, no solo de periodistas sino también de economistas y administradores de empresas, en la que salí con el título de periodista, del fundador de la Universidad Católica, monseñor Genaro Prata”, sostuvo Salazar. Justo cuando se cumple medio centenar de años de su titulación fue designado como director de la Carrera de Comunicación Social.
“Es un gran orgullo cumplir 50 años como profesional y hacerlo en este puesto de mi alma máter, es muy importante para mí, una tremenda satisfacción y un tremendo orgullo. Me siento feliz. No soy comunicador, soy periodista, no es bueno ni malo, hice toda mis carrera profesional en el periodismo, escribiendo, dando cuenta de la realidad; y, tengo nueve años enseñando en la Católica; he amamantado de la dos vertientes, primero como periodista y después como académico”, dijo.
Salazar publicó dos libros, es coautor de otros dos y coordinó la publicación de dos más: La guerrilla que contamos y Semejanzas; Che, una cabalgata sin fin y Prontuario; De buena fuente y Presencia, una escuela de ética y buen periodismo.
“Suelo citar a un académico inglés ‘me gustar escribir sobre lo que sé y me gusta enseñar lo que quiero aprender’. Yo he aprendido mucho con mis alumnos, con mis colegas docentes, en los nueve años como docente, después de retirarme del periodismo activo, me siento feliz de ofrecer algo de mi experiencia a las nuevas generaciones”, apunta.
Salazar hizo periodismo entre 1964 y el 1971 en ANF; del 71 al 76 en Argentina, donde fue exiliado por el gobierno de facto de Hugo Banzer; 23 años en México y 12 en Madrid, España. Desde que salió del país, trabajó en la agencia de noticias alemana DPA, donde terminó como director y se jubiló en 2011 cuando volvió a Bolivia.
El nuevo director de la Carrera de Comunicación Social recuerda las coberturas emblemáticas que realizó en las cinco décadas de periodismo, entre ellas la de la guerrilla del Che. “Sin quererlo terminé especializándome como corresponsal de guerra, no tanto por vocación, como la ‘guerra sucia’ o represión militar en Argentina, caída del gobierno democrático y ascenso de militarismos, cobertura en Centroamérica, alzamiento en Chiapas (México), el período especial en Cuba tras la caída de la URSS, otra forma de guerra, y los primeros atentados yihadistas en Europa”. También realizó cobertura informativa a mundiales de fútbol, olimpiadas, visitas de Papas, festivales de música, cine…
Después de su retorno al país, Salazar trabajó un año en ANF, con el padre Gramunt para asumir después la dirección de Página Siete (2013-2016). Luego fue asesor editorial de la red Unitel, presidente del directorio de la Fundación para el Periodismo y hace nueve años es docente de dos materias en la UCB: Periodismo y Redacción de noticias.
Recuerda que en el siglo pasado los periodistas estaban especializados en radio, televisión y prensa, pocos se pasearon por los tres medios. Hoy, dice, el Siglo XXI demanda periodistas multimedia, en los hechos que manejen los tres lenguajes, incluyendo el trabajo en las redes sociales.
Salazar anuncia que desde la dirección de la carrera de Comunicación intentará formar periodistas para el “nuevo periodismo”, preparados “para este periodismo multimedia”, periodistas “capaces de manejar todas las técnicas y todos los instrumentos que nos proporciona la revolución tecnológica” y “capaces de trabajar en cualquier plataforma digital para elaborar contenidos informativos”.
Afirma que en estos tiempos es importante cuidar la integridad de los nuevos profesionales como un aporte a la sociedad. “También me gustaría ver que ese periodista esté preparado en ese gran peligro del Siglo XXI, que significa la desinformación y la manipulación informativa; para enfrentar no solo es necesario una sólida ética y moral sino también el conocimiento y el manejo de técnicas de verificación de la información que circula”. Ese periodista multimedia debe estar preparado para “descubrir las noticias falsas, necesitamos manejar esas técnicas que ponen a nuestro alcance la revolución tecnológica”.
Salazar sostiene que el coronavirus aceleró la llegada del periodismo digital y en todos los medios. “La mayoría de los medios y de los periodistas se han tenido que adaptar rápidamente a las nuevas circunstancias durante la cuarentena y ahora es la nueva realidad”.
Página Siete – 13 de diciembre de 2020