J.C. Salazar: “No se me dan los personajes negativos”

María Silvia Trigo

Una página no basta para definir a uno de los referentes del periodismo en Bolivia. Juan Carlos Salazar tiene más de medio siglo en el oficio: se inició en los polvorientos campos del sudeste boliviano cubriendo la guerrilla del Che y llegó a ser director del servicio en español de la agencia alemana DPA. Esta noche presenta Semejanzas, un libro que reúne semblanzas de personajes excepcionales que conoció a lo largo de su carrera. La cita es  el salón Gabriel René Moreno, de la feria del libro, a las 20:00.

—¿Cómo elegiste a los 40 personajes que integran el libro?

Por la pertinencia noticiosa. En algunos casos porque estuvieron en momentos de interés o porque fallecieron, ya que muchas de esas semblanzas son obituarios que escribí cuando fallecieron. Casi todos son autobiográficos porque son personas con las que tenía una relación de amistad o profesional, en todo caso circunstancial, como Fidel Castro o Juan Pablo II.

—¿Por qué escogiste el género de la semblanza para retratarlos?

Por mi aproximación al género. En mi casa leíamos tres revistas: Life en español, Visión Internacional y Selecciones. Ellas influyeron en mi aproximación al periodismo en general. Cuando dirigí DPA, teníamos como norma acompañar la noticia del día con la semblanza del protagonista. Es un género que me gusta mucho, uno de los más atractivos del periodismo y también de los más difíciles porque requiere de un hilo conductor y de un tono, y hay que hacerlos coincidir. En Bolivia no veo mucha semblanza en los diarios, pero es muy común en Estados Unidos y Europa.

—Decías que mayormente elegiste a las personas por afinidad. ¿Cómo hace un escritor para retratar las sombras de personajes con quienes tiene una cercanía emocional?

Cito una frase de un gran retratista mexicano que decía que el retrato es un relámpago de vida, simplemente una visión pasajera de una persona. Como todo relámpago, alumbra y retrata la imagen en blanco y negro. Entonces lo que uno ve es lo positivo porque ese reflejo oculta la parte negativa. Cuando escribes una semblanza probablemente solo ves las partes positivas del personaje. Quizás por esa razón no se me dan los personajes negativos. 

—Muchas de  las semblanzas retratan momentos de tus inicios como periodista, como la fundación de la ANF o la llegada de Luis Espinal a radio Fides. ¿Eras consciente entonces del momento histórico del que eras testigo?

No, de ninguna manera. Esas semblanzas no las escribí entonces sino ahora y son más bien fruto de la memoria. 

—En tus páginas hay temas transversales como las dictaduras, la revolución cubana, la presencia del Che en Bolivia. ¿Qué ha significado para tu carrera ser periodista en aquellos tiempos?

He vivido momentos históricamente muy importantes que para mí han sido vitales y me han dado la posibilidad de desarrollarme profesionalmente. Yo empecé en DPA gracias a la cobertura del Che que me abrió las puertas.

— ¿Cuál es la cobertura que más atesoras?

La guerrilla del Che es muy importante porque yo tenía 22 años, estaba empezando mi carrera, es más, ni siquiera tenía decidido dedicarme al periodismo. Era simplemente un trabajo, yo estaba estudiando derecho. Esa cobertura marcó toda mi vida profesional. 

—Eres testigo de la evolución del oficio en el país. Desde el nacimiento de la Agencia de Noticias Fides, que distribuía las noticias en sobres, hasta la aparición de los medios digitales. ¿Cuál es tu lectura del estado del periodismo actual?

Como en todas partes se hace buen periodismo y mal periodismo. Si bien ha cambiado por los soportes, sigue siendo el mismo. Se dice que la revolución tecnológica está poniendo en riesgo al periodismo convencional, puede ser pero eso ya lo he escuchado muchas veces: que la radio iba a matar a los periódicos y la televisión a la radio, pero ningún medio ha matado a otro. Los medios convencionales están pasando por un momento difícil y lo único que los puede salvar es el buen periodismo, es decir, volver a los orígenes: contar historias como lo hacía Hemingway o García Márquez para que el lector recupere el hábito de la lectura y la disfrute.

—Cuando dejaste el periodismo activo anunciaste que te ibas a dedicar a la docencia y a escribir. ¿Cuál es tu próxima obra?

Estoy trabajando en un manual de periodismo político para la universidad y paralelamente en un libro autobiográfico sobre el periodismo de conflicto a partir de mi experiencia. Espero presentarlo a principios del próximo año.

El Deber (Santa Cruz de la Sierra) – 9 de junio de 2018

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